El chupete es uno de los componentes que no suele faltar en el equipaje del recién nacido y, por lo general, se estrena ya en las primeras horas o días de vida. La succión no nutritiva de dedos, chupete y otros objetos no relacionados con la ingesta de nutrientes se considera una actividad normal en el desarrollo fetal y neonatal. Se inicia en el útero y persiste hasta los 12 meses de edad, siendo la necesidad de succionar más intensa durante los primeros meses de vida. Este reflejo primario de succión permite al recién nacido alimentarse y sobrevivir y además le calma y le conforta. El uso del chupete como objeto reconfortante en la primera infancia constituye una práctica ampliamente extendida.
La succión no nutritiva de dedos, chupete y otros objetos no relacionados con la ingesta de nutrientes se considera una actividad normal en el desarrollo fetal y neonatal.
Existen numerosos datos acerca de posibles efectos beneficiosos, pero también una larga lista de efectos negativos que se le han asociado. Su efecto tranquilizante es el aspecto beneficioso más ampliamente reconocido; la posible relación con una menor incidencia del síndrome de muerte súbita del lactante el más novedoso.
La revisión de las ventajas y desventajas del uso del chupete no aporta datos suficientes para estimular ni prohibir este hábito, pero sí para realizar firmes recomendaciones en cuanto a no iniciar su uso antes de los 15 días de vida, restringirlo a partir de los 8 meses y suprimirlo al año. Los pediatras deben conocer y recomendar sólo los chupetes que cumplan las normas de seguridad.
No iniciar su uso antes de los 15 días de vida, restringirlo a partir de los 8 meses y suprimirlo al año.
Tipos
Podemos encontrar diferentes tipos de chupete según el material de la tetina y la forma de la tetina.
Hoy, os hablamos de los principales tipos de chupetes que existen para que, cuando elijamos uno para nuestro bebé, sepamos cuál es el que mejor se adapta a sus necesidades y gustos.
Chupetes según el tipo de tetina
- Chupetes de tetina redonda.
- Chupetes de tetina anatómica. Estos se caracterizan por adaptarse a la forma del pezón materno y, además, a la boca del bebé.A diferencia de los de tetina redonda, estos deben colocarse de una forma adecuada en la boca del bebé para que se adapte a su forma.
Chupetes según el material de la tetina
- Chupetes de látex: las tetinas de los chupetes fabricados con este material natural (de un color entre ámbar y amarillo) son, por lo general, blandas y elásticas, así se asemejan más a la sensación del pecho materno. Se caracterizan por su alta resistencia a los tirones o mordiscos, de modo que se pueden utilizar sin problemas en todo momento. Al ser de un material natural, se desgastan y estropean con mayor facilidad, se deforman y se vuelven pegajosas y pueden absorber sabores y olores, por lo que es recomendable sustituir estos chupetes por uno nuevo cada uno o dos meses.
- Chupetes de silicona: este material sintético transparente es más rígido que el látex, pero menos resistente a los mordiscos y tirones, por lo que se recomienda para las etapas anteriores a la dentición del bebé. Por otra parte, las tetinas de este material resisten muy bien las altas temperaturas, se desgastan con menos facilidad y son más fáciles de limpiar, ya que ni la grasa de los alimentos, ni otras sustancias pueden dañarlos. Los fabricantes recomiendan sustituirlos en cuanto se aprecien marcas de mordiscos u otras deficiencias.
Cuando hay que quitar el chupete
Para poder evitar los efectos perjudiciales del chupete, lo recomendable es eliminarlo cuando el niño cumpla 1 año.
Consecuencias de quitarlo de forma tardia
Los hábitos de succión no nutritiva se han relacionado con las maloclusiones dentarias: mordida abierta anterior y mordida cruzada posterior. La primera es la maloclusión más frecuente y tiende a mejorar al abandonar el chupete. La segunda es una maloclusión más grave y permanente, que puede repercutir en el crecimiento craneofacial.
Los hábitos de succión no nutritiva se han relacionado con las maloclusiones dentarias: mordida abierta anterior y mordida cruzada posterior.
Se ha correlacionado de manera muy significativa el uso del chupete y la mordida cruzada posterior, sobre todo cuando el hábito se prolonga más allá de los 36 meses. Se considera que tal relación se debe a que la posición bucal del chupete conlleva un desplazamiento de la lengua sobre la mandíbula y una elongación de los músculos orbiculares y buccinador. Estos cambios provocan un aumento de la distancia transversal mandibular y a una disminución de la distancia transversal maxilar.
Se ha correlacionado de manera muy significativa el uso del chupete y la mordida cruzada posterior, sobre todo cuando el hábito se prolonga más allá de los 36 meses. Se considera que tal relación se debe a que la posición bucal del chupete conlleva un desplazamiento de la lengua sobre la mandíbula
Los niños succionadores, además, sufren una alteración de la flora bacteriana y una hipertrofia del sistema linfático por lo que suelen presentar una respiración bucal, lo cual también influye en el desarrollo de las maloclusiones.
1 comentario. Dejar nuevo
Fantástico este artículo y toda la información volcada en él. Es maravilloso poder encontrar las opiniones, experiencias y recomendaciones de otras mamás para poder aprender a través de ellas ¡Gracias a todas!