Halitosis, un problema médico y social
La halitosis es un síntoma muy frustrante y razón frecuente de las visitas al odontólogo y atención primaria y secundaria. La ocurrencia es tan común y generalizada que se considera un problema tanto médico como social, y un factor importante para la comunicación y origen incluso de alteraciones psicológicas. El mal olor puede pasar desapercibido porque muchas veces los pacientes no son conscientes de la calidad del propio olor. De hecho, en estudios realizados de halitosis autopercibida sólo muy pocas personas indicarán sufrir halitosis. Esto es debido a que en general tendemos a subestimar la calidad del olor corporal u oral cuando es malo.
Los pacientes que saben que padecen halitosis tienden a mantener más distancia con otras personas, lo cual puede generar aislamiento personal y menor actividad social. Debido a esto, el tratamiento de la halitosis se ha convertido en una fuente de ingresos importante dentro de la industria cosmética y farmacéutica.
¿Quieres saber más? En este artículo te expondré los tipos de halitosis, las causas más frecuentes que lo provocan y si sirven para algo los productos que encontramos a la venta para tratarla.
¿Qué es la halitosis?
La palabra “halitosis” proviene del latín “halitus”, que significa soplo o exhalación y el sufijo griego “–osis”, que marca un proceso patológico o de enfermedad. Es definida por la R.A.E. como “fetidez del aliento” y en términos médicos se utiliza para describir “la emanación de un olor desagradable a través de la boca o de la nariz (independientemente si las sustancias emitidas se originan en la boca o no)”.
La halitosis se puede clasificar en cuatro tipos:
Halitosis genuina | Halitosis fisiológica | Pseudohalitosis | Halitofobia |
Cuando el mal olor que emana de la boca es fácilmente reconocible. Puede deberse a procesos orales y no orales (problemas gástricos…) | Es temporal. Un ejemplo es el mal aliento al despertar, o la halitosis causada por hambre, estrés, ingesta de ajo, cebolla o por tabaco. | También conocida como “halitosis imaginaria”. Es la halitosis que creemos tener pero ni los profesionales ni otros lo perciben | Es la creencia persistente y exagerada del paciente de que padece halitosis, incluso después del tratamiento. Conlleva comportamientos de evitación y aislamiento social |
Es cierto que nuestra imagen se va a ver afectada por lo que percibimos y la interpretación que otras personas tienen de nosotros dentro de la sociedad y nuestra cultura. Por esto, los especialistas médicos y odontólogos encontramos muchas veces dificultad para diagnosticar y tratar la halitosis si los pacientes son reacios o no nos consultan los síntomas que creen tener.
Datos sobre la halitosis
- En odontología, la halitosis es, tras la caries y las enfermedades de las encías, la tercera causa de visita de los pacientes.
- Se estima que del 20 al 50% de la población presenta halitosis de manera crónica, y que la halitosis severa afecta al 5%
- En niños y personas jóvenes, el mal olor es causado sobre todo por bacterias y suciedad que recubren la lengua.
- En personas adultas y de edad avanzada, el mal olor suele ser causado por la enfermedad periodontal.
¿Qué factores nos pueden provocar halitosis?
Los pacientes suelen tener la creencia errónea de que su halitosis es causada por enfermedades gastrointestinales, pero muy pocos saben que normalmente es debido a los siguientes problemas orales. Se ha demostrado que aproximadamente del 80 al 90% de la halitosis se origina en la boca debido a:
- Mala higiene en la lengua
- Prácticas inadecuadas de higiene oral, como no usar hilo dental o cepillos interproximales. Tenemos que saber que el irrigador dental es un gran complemento para el masajeo de las encías y la limpieza de aparatos de ortodoncia pero que NO sustituye nunca a la higiene mecánica que obtenemos con el cepillado y la limpieza entre dientes.
- Enfermedades de las encías: las bacterias que producen la gingivitis y la enfermedad periodontal son responsables de los compuestos que producen la halitosis. Estas enfermedades aceleran el crecimiento bacteriano, producen sangre y estimula la producción de saliva putrefacta.
- Caries profundas sin tratar
- Mala higiene de aparatos de ortodoncia, coronas, prótesis removibles
- Tabaquismo: el humo del tabaco contiene compuestos que generan gases responsables del mal olor.
- El estrés y la ansiedad pueden desequilibrar el medio oral y contribuir a la producción de gases por cambios en el flujo de la saliva
- Poco flujo de saliva
- Infecciones y úlceras causadas por piercings
- Hábitos alimenticios: consumo muy frecuente de ajo, cebolla, determinadas especias, repollo, coliflor y rábano.
Las causas no orales suponen el 10 – 20% de las enfermedades que generan halitosis. Encontramos:
- Pacientes con problemas gastrointestinales: reflujo gastroesofágico, infección por Helicobacter pylori, dispepsia y algunas parasitosis.
- Trastornos de las vías respiratorias como sinusitis crónica, pólipos, rinitis, amigdalitis crónica o lesiones laríngeas entre otras.
- Enfermedades metabólicas: diabetes y algunas enfermedades hepáticas o renales
- Existen medicamentos que van a disminuir el flujo de saliva como los antidepresivos, los descongestivos, antihistamínicos o la quimioterapia y por tanto predisponen a la acumulación de desechos y bacterias.
¿Cuáles son los gases responsables de la halitosis?
Se conocen como “compuestos de azufre volátiles o VSC” y son producidos por la degradación de aminoácidos sobre la saliva. Estos aminoácidos se crean a partir de la actividad de determinadas bacterias que se encuentran en la boca. Los principales VSC son el sulfuro de hidrógeno (H2S), el metilmercaptano (CH3SH) y el sulfuro de dimetilo ((CH3)2S)
La halitosis genuina se trata mejorando la higiene oral diaria, incluyendo la limpieza de lengua con raspadores, además de tratamiento periodontal en pacientes que presenten esta enfermedad.
Tratamiento de la halitosis
Para tratar la halitosis debemos saber exactamente la duración, la condición, la severidad y el impacto que está creando en la vida cotidiana de los pacientes. Lo principal es descartar y tratar las causas orales mediante un examen periodontal y de caries. Las radiografías nos van a ayudar muchas veces a ver estas caries, defectos óseos y empastes o reconstrucciones mal adaptadas.
Es importante durante el tratamiento evitar fumar, tomar drogas o alimentos causantes de este problema. Sería recomendable beber abundante agua, tomar comidas regulares y terminarlas con alguna fruta o verdura fibrosa (como la zanahoria o la piña) que estimule la secreción de saliva.
La halitosis genuina se trata mejorando la higiene oral diaria, incluyendo la limpieza de lengua con raspadores, además de tratamiento periodontal en pacientes que presenten esta enfermedad.
La limpieza interdental y el cepillado son los mejores aliados que van a eliminar las partículas de alimentos residuales y los microorganismos que causan putrefacción. Recordemos que los colutorios y el irrigador dental siempre son complementos y que de ningún modo sustituyen una buena higiene mecánica.
Los dentífricos y enjuagues para tratar la halitosis van a ayudar a neutralizar químicamente los compuestos olorosos y recomendamos usarlos 2 veces al día. En el mercado existen agentes de “enmascaramiento” para disminuir el olor como chicles de menta y sprays. Estos productos sólo se deben usar temporalmente junto con el verdadero tratamiento ya que nunca van a ser una gestión real del problema.
Si los enfoques orales no tienen éxito completo en la eliminación de la halitosis debemos acudir a un especialista médico (otorrinolaringólogo y gastroenterólogo)