Los implantes se sujetan al hueso gracias a un proceso biológico conocido como Osteointegración, descrito por el Profesor Bränemark en los años 50, mediante el cual el organismo establece una conexión directa entre el hueso y la superficie del implante. Cuando se ha producido la osteointegración el implante se encuentra firmemente unido al hueso y puede soportar una prótesis para hacer frente a todos los requerimientos funcionales y estéticos como si se tratase de un diente natural sano. Otra característica de la osteointegración es la de ser muy estable en el tiempo por lo que estos tratamientos ofrecen resultados satisfactorios que se disfrutan durante muchos años.
¿QUÉ ES?
Los implantes dentales son raíces artificiales, creados para sustituir dientes ausentes o perdidos por cualquier causa, capaces de integrarse hasta el punto de convivir de forma sana y totalmente natural con el resto de los tejidos de la boca.
Están fabricados de titanio químicamente puro y actúan como sustitutos de las raíces dentales. Tras su colocación dentro del maxilar o de la mandíbula sirven para que, una vez que estén osteointegrados, den soporte a los nuevos dientes artificiales que irán unidos a ellos.
VENTAJAS
1
Previenen la pérdida ósea que comienza a producirse cuando hay un diente ausente y recuperar completamente la función masticatoria.
2
Permiten al paciente mejorar su imagen y recuperar la confianza en su sonrisa. Aumenta su seguridad a la hora de hablar y masticar en público.
3
Permite la rehabilitación de una o varias piezas dentales de forma independiente, sin tener que tallar y comprometer la estructura de los dientes vecinos como ocurre con los puentes dentales.
4
Posibilitar anclajes que permitan efectuar otros tratamientos como los ortodónticos u ortopédicos y que de otra forma, en ocasiones serían imposibles de realizar.
+ INFO
Restaurar la ausencia de un diente

Una de las ventajas es que mediante un implante dental puede ser rehabilitada la pérdida de un diente natural sin necesidad de utilizar o tallar los dientes adyacentes sanos, cuestión inevitable, sin embargo, si se opta por la colocación de un puente apoyado en los dientes. Sobre el implante se adapta una corona unitaria o independiente, que puede ir cementada o unida al implante mediante un pequeño tornillo invisible. Con ello la apariencia natural y las funciones masticatorias y de fonación quedan totalmente restauradas sin tener que apoyarnos en dientes adyacentes.
Restaurar la ausencia de varios dientes seguidos
Cuando se han perdido varios dientes, ya sean anteriores o posteriores, y el tramo sin dientes es pequeño, se pueden reponer las ausencias mediante una prótesis fija denominada puente, que puede ir apoyada en sus dientes naturales. Pero si se desea evitar tallarlos, es más aconsejable colocar varios implantes en el tramo sin dientes y sobre ellos apoyar el puente.
Cuando aún habiendo dientes naturales, los huecos sin dientes sean tan grandes que desaconsejen la colocación de un puente apoyado en los propios dientes del paciente, habrá que elegir entre una prótesis removible con ganchos, retenedores e incluso paladar, aceptando los inconvenientes que estos tipos de prótesis conllevan, o bien optar por la colocación de varios implantes para soportar los puentes.
Hoy por hoy, en general, los implantes constituyen la opción más aconsejable.
Rehabilitar la boca cuando faltan todos los dientes y las muelas
La rehabilitación bucal de una persona que ha perdido todos sus dientes puede realizarse mediante una prótesis completa movible. Estas “dentaduras completas” con el paso del tiempo pueden presentar una serie de inconvenientes como:
- Perdida de estabilidad, ajuste y retención que ocasiona movilidad, dificultad masticatoria e inseguridad
- Reabsorción lenta pero continuada del hueso alveolar de los maxilares
- Llagas en zonas de roces
- Pérdida del gusto y cambios en el sabor de los alimentos
- En algunas personas producen náusea lo que dificulta su uso
Estos problemas así como la necesidad de efectuar revisiones frecuentes han de ser tenidos en cuenta a la hora de decidir cómo rehabilitar estos casos. Mediante la colocación de un número variable de implantes dentales, que dependerá de cada caso en particular, se puede adaptar una prótesis estable y así detener la reabsorción del hueso en los maxilares e incrementar el confort y la seguridad.
En este caso se puede optar por una prótesis completamente fija, que sólo puede ser retirada por el dentista o por una sobredentadura que, aunque puede ser desmontada por el paciente, asegura una gran estabilidad y confort cuando está colocada.