La prevalencia de las maloclusiones entre la población en general es tan alta, que podemos llegar a pensar que “lo normal es tener una oclusión anormal”. Existe la creencia común de que las maloclusiones han ido en aumento a través del tiempo, lo que significaría que en la actualidad se presentan más casos de maloclusiones que en generaciones anteriores. Sin embargo, es probable, que en años anteriores no se consideraba la salud, y sobre todo, la estética oral del individuo una necesidad básica como en las sociedades actuales.
Hay que tener en cuenta la importancia de acudir al odontólogo desde edades tempranas, por lo que nuestros hijos deberían de acudir a su odontopediatra desde el principio. A los 6 meses de edad comienza la erupción de los primeros dientes, y, por lo tanto, desde ahí es importante tener un control del bebe. A los 2 años, el niño ya tendría que tener todos sus dientes en boca, contando con los retrasos de erupción, puede que hasta los 3 años aún no tengan la dentición temporal completa. Es en este momento cuando el odontopediatra puede identificar si existe alguna anomalía en la dentición, ya sea de número, forma o posición.
Anomalías en el número de dientes
Las anomalías de número de los dientes se refieren al aumento o disminución del número de dientes en el arco dentario. Si no se presentan el número correcto de dientes en los maxilares, es posible que se desarrolle una maloclusión, dado que las alteraciones en cantidad de dientes ya sea en ausencia o en exceso del germen dentario, dan lugar a una desorganización o excitación de la lámina dental. Por lo que constituyen uno de los factores locales asociados a la etiología de maloclusiones, ya que pueden causar alteraciones en la alineación dentaria y crear problemas más complejos de maloclusión.
Anomalías en el número, tamaño y forma
Si se detecta una alteración en el número, tamaño y forma de la dentición, es cuando hay que sospechar de la posibilidad de aparición de maloclusiones, tales como, falta o exceso de desarrollo maxilar o mandibular y/o desviaciones mandibulares respecto al hueso maxilar.
A los 2 años el niño ya tendría que tener todos sus dientes en boca, contando con los retrasos de erupción, puede que hasta los 3 años aun no tengan la dentición temporal completa. Es en este momento cuando el odontopediatra puede identificar si existe alguna anomalía en la dentición, ya sea de número, forma o posición.
Para el diagnóstico integral se dispone de modelos de estudio, fotografías y radiografías (panorámica, periapicales) lo cual permite constatar la existencia de alteraciones del número de dientes y los antecedentes de pérdidas prematuras, de forma confiable y de acuerdo con el desarrollo de la dentición de cada paciente.
Por tanto, se considera de primordial importancia concienciar a la población sobre los problemas de maloclusión que aquejan a nuestra sociedad. Es determinante detectar todos los problemas de salud bucodental desde la infancia, para así, poder ofrecer al paciente un tratamiento preventivo, adelantarnos y mejorar posibles problemas en su futuro; ya que la mayoría de las enfermedades bucales como son las maloclusiones dentarias pueden ser controladas con actividades preventivas y de diagnóstico temprano, para una disminución significativa de sus secuelas.
Es determinante detectar todos los problemas de salud bucodental desde la infancia, para así, poder ofrecer al paciente un tratamiento preventivo, adelantarnos y mejorar posibles problemas en su futuro.