Qué es la apnea del sueño
La apnea del sueño es un trastorno donde la respiración se interrumpe o se hace muy superficial. Estas interrupciones respiratorias o apneas, pueden suceder más de 30 veces por hora, y en cuanto a su duración, puede ser desde unos pocos segundos a minutos.
Las personas afectadas con apnea del sueño se despiertan parcialmente en su lucha por respirar, pero por la mañana no son conscientes de la perturbación de su sueño.
El tipo más frecuente es la apnea obstructiva del sueño, causada por la relajación de los tejidos blandos de la parte posterior de la garganta entre otras razones, lo que bloquea el paso del aire. La apnea central del sueño, mucho más infrecuente, está causada por irregularidades en la transmisión de señales al cerebro.
El principal síntoma de este trastorno es la somnolencia durante el día, además de ronquidos intensos (con periodos de silencio seguidos de jadeos), dolor de cabeza diurno, problemas de concentración, irritabilidad, olvido, cambios humorales, ansiedad y depresión.
Como factores predisponentes, señalamos el sobrepeso u obesidad, ser varón, y edad superior a 40 años.
Qué pasa si no se trata la apnea del sueño
Si no se trata, la apnea del sueño puede llegar a ser mortal, pues la somnolencia excesiva puede hacer que la persona afectada se quede dormida en momentos inadecuados, por ejemplo, durante la conducción. Además, predispone a la aparición de accidentes cerebrovasculares (ACV) y ataques isquémicos transitorios (también conocidos como “mini ACV”) y se asocia con enfermedades coronarias, insuficiencia cardiaca, ataques cardiacos e hipertensión arterial.
Aunque no es totalmente curable, existen diversas maneras de tratar este trastorno para reducir el riesgo de aparición de este tipo de problemas. En primer lugar, es recomendable realizar un cambio en el estilo de vida, evitando el alcohol, el tabaco y el sobrepeso. También cambios posturales a la hora de dormir para intentar mantener la vía aérea abierta, por ejemplo, colocar una almohada para estar más erguido.
Qué podemos hacer los dentistas
A nivel del dentista, podemos confeccionar aparatos a medida llamados dispositivos de avance mandibular que ayudan también a mantener la vía aérea abierta.
Si ninguno de estos tratamientos “más conservadores” funciona, se recomienda colocar un aparato de presión continua de la vía aérea (CPAP). Este se confecciona a nivel hospitalario y consiste en conectarse una máscara facial a un tubo y una máquina que sopla aire a presión dentro de la máscara y a través de la vía aérea para mantenerla abierta. También existen procedimientos quirúrgicos para tratar la apnea, y muchas personas pueden llegar a necesitar la combinación de varios tipos de tratamiento.
En cualquier caso, si usted puede estar padeciendo este trastorno, es totalmente recomendable que acuda a su médico cuanto antes, el sabrá aconsejarle.