¿Qué son las Recesiones gingivales?
Se conoce como recesión gingival a una zona del diente que debería estar recubierta por encía y que ha quedado al descubierto. Como consecuencia, se van a exponer tejidos que pueden ocasionar sensibilidad al frío y dolor dependiendo del grado de pérdida.
La mayoría de las veces, son los pacientes con el tipo de encía más fino (conocido como “fenotipo fino”) los que refieren este problema en la consulta.
¿Por qué se producen las recesiones gingivales?
Las causas por las que se pueden provocar las recesiones son:
- Cepillado agresivo: cuando el cepillado es demasiado vigoroso y se hace en dirección horizontal o vertical con cepillos duros, la encía puede desplazarse y perder su volumen. Muchos pacientes creen erróneamente que cepillando la encía más fuerte van a lograr una mejor higiene oral y no es cierto; la forma correcta debe ser colocando el cepillo en 45º sobre el diente y cepillando en forma de barrido. De esta manera seremos más respetuosos con la encía y esta no se retraerá.
- Tratamientos previos de ortodoncia: cuando partimos de una encía muy fina y un gran apiñamiento dental, el propio movimiento de ortodoncia puede ocasionar recesiones sobre todo a nivel de los dientes incisivos si estos se han desplazado para abrir la arcada y colocarlos correctamente.
- Piercings orales: un piercing colocado sobre la lengua o el labio ocasiona un trauma constante sobre los dientes que puede causar abrasiones en el esmalte o recesiones en las encías.
- Frenillos demasiado gruesos y fibrosos: en ocasiones, los frenillos orales que van del labio a la encía se insertan demasiado cerca de los dientes y crean fuerzas excesivas que favorecen la retracción de la encía
La forma correcta de tratar las recesiones es en primer lugar buscar la causa del problema y actuar en consecuencia:
- Debemos corregir el hábito de cepillado cuando este es vigoroso y educar bien al paciente para que una vez tratada la recesión, ésta no se vuelva a producir
- Es muy importante eliminar todos los piercings o pendientes que se encuentren en lengua, labios y frenillos para prevenir las recesiones y hacer que las ya existentes no vayan a más.
- Cuando se vaya a planificar un tratamiento de ortodoncia siempre debemos valorar la encía y su grosor. Si es demasiado fina se puede valorar tapar las recesiones antes del tratamiento o esperar hasta después de colocar los dientes en función de los parámetros medidos por el ortodoncista y el periodoncista.
¿Cómo se tratan las recesiones gingivales?
Una vez encontrada la causa es el momento de actuar. Normalmente las recesiones se tratan con zonas de encía tomadas de otras zonas de la boca.
Tomar estos “injertos” de nosotros mismos evita el rechazo que podrían causar otro tipo de materiales artificiales y genera un tejido grueso y rico en colágeno que servirá para rellenar las zonas donde nuestra encía se ha retraído.
El paladar es una de las mejores zonas donantes de tejido junto con la zona al final de los molares. Cuando se toma este fragmento se suele colocar una placa periodontal o essix transparente que asegura una correcta hemostasia después de la cirugía.
El injerto de tejido se colocará en un lecho previamente preparado y se asegurará con suturas muy finas. La cicatrización transcurre durante 8 semanas durante las cuáles el injerto irá integrándose en la nueva localización y fusionándose con la encía hasta cubrir la recesión.
Como todos los procedimientos quirúrgicos, el éxito de recubrir una recesión depende del tipo de recesión previa que presente el paciente: no se logrará recubrir igual una recesión recién formada que otra que haya progresado durante muchos años hasta desnudar prácticamente el diente. Por eso es muy importante hacer las revisiones acordadas con el especialista y autoexplorarnos de forma frecuente y acudir a la consulta cuando se presenten los síntomas descritos.