Los beneficios de la ortodoncia van mucho más allá de los meramente estéticos. A pesar del importante auge en los últimos años de la ortodoncia como mejora física, no debemos olvidar los beneficios que ésta aporta a la salud, recordando que se creó precisamente para ello.
La ortodoncia mejora la capacidad de lenguaje.
Los dientes mal colocados pueden crear dificultades para pronunciar algunos sonidos y por ende problemas en el lenguaje, sobre todo en los niños.
Los dientes alineados dan menos dolores de cabeza.
Una maloclusión produce tensión muscular que se traduce en dolores de cabeza y migrañas. El tratamiento de ortodoncia permite reducir está tensión y terminar con las migrañas.
Menor riesgo de traumatismos dentales.
Los dientes protuberantes son más propensos a sufrir fracturas y accidentes. Además, los protectores dentales usados en la práctica de ciertos deportes no se adaptan correctamente a las dentaduras desiguales.
La ortodoncia ayuda a la higiene bucal.
Los dientes montados pueden atrapar partículas de comida haciendo más difícil el uso del hilo dental y por tanto la eliminación de la placa bacteriana. Alinearlos a través de la ortodoncia permite un cepillado más fácil, lo que ayuda a prevenir problemas de salud bucal como son caries o gingivitis.
Constituye un ahorro a largo plazo.
Una dentadura bien alineada supone menos problemas dentales graves y menos tratamientos costosos en el dentista. Es decir, su coste se amortiza a largo plazo.
Menos riesgo de problemas digestivos.
Con el uso adecuado de una ortodoncia tendremos menos riesgo de sufrir problemas digestivos derivados de una mala mordida.
Aumenta la autoestima.
Como resultado y consecuencia de todo lo mencionado, el paciente literalmente vuelve a sonreír, lo que mejora ostensiblemente su calidad de vida, tanto a nivel social, como psíquico.